Habilidad del Abogado

La “Madama” abrió la puerta del burdel y se encontró con un elegante caballero de mediana edad.
.- Puedo ayudarlo? Preguntó la madama.
.- Quiero ver a Natalie, contestó el Señor.
.- Natalie es una de nuestras damas más costosas, quizás alguna otra de las chicas…?
.- No, debo ver a Natalie – replicó él.


Enseguida vino la tal Natalie (im.-pre.-sio.-nan.-te!!) para explicarle al caballero que ella cobraría U$S 1.000 por la visita.

Sin pestañear, el hombre metió mano en el bolsillo y le entregó diez billetes de cien dólares. Ambos se fueron a uno de los cuartos y al cabo de una hora el Sr. salió muy tranquilo.


La siguiente noche, el mismo caballero apareció nuevamente demandando ver a Natalie. Natalie replicó que era muy raro para cualquiera visitar el lugar dos noches seguidas y que ni pensara en descuentos. Nuevamente el hombre echó mano de sus billetes y le entregó otros diez de cien dólares. Luego, como el día anterior, en compañía de Natalie, se marchó a uno de los cuartos por una hora y se fue.


Cuando apareció nuevamente una tercera noche consecutiva, nadie podía creerlo. Nuevamente le entregó a Natalie mil dólares y se fueron ambos a un cuarto por una hora. Mientras salían, Natalie le dijo al hombre:
.- Nadie ha usado mis “servicios” por tres noches consecutivas. ¿De dónde es Ud.?


El señor replicó:
.- De Philadelphia.
.- ¿En serio? Contestó ella. Tengo familia en esa ciudad.
.- Lo sé, dijo el caballero. Su padre falleció y yo soy el abogado de sus hermanas… Ellas me pidieron que le entregara su parte de la herencia: US$3.000. Buenas noches. Ha sido un placer.