Un hombre se encuentra desayunando y llega su esposa y le dice:
Miguel, me encontré ésto en tu ropa, dice Marilú, ¿quién es ella?
A lo que el hombre le responde:
¡Ahh! Lo que pasa es que fui al hipódromo y al caballo que le aposté se llamaba Marilú.
Después de varios días, la señora le dice al marido en tono enojado:
¡Miguel, tienes una llamada telefónica de tu caballo!