Una muchacha suspiraba, esperando el hombre ideal.
Le contaba a su amiga que esperaba que ese hombre fuera: Inteligente, divertido, discreto, que supiera callar y que tuviera una conversación inteligente y que nunca le causara aburrimiento.
Su amiga le responde que ella no estaba buscando una hombre, sino un televisor a colores.